Marcello Cassinari Vettor nació el 8 de septiembre de 1930 en la ciudad de Milán, es un pintor y escultor italiano del estilo clásico.
Desarrolla una amplia gama de pinturas al óleo sobre lienzo, que van desde los paisajes a los desnudos, desde retratos a la pintura antigua(clásica). También ha creado esculturas figurativas en bronce, plata y tiza.
Cassinari Vettor desde muy joven comenzó a estudiar pintura primero en la Academia Cimabue y luego de unos años continuó en la Academia de las bellas artes Brera, la Escuela de Arte del Castillo de Milán y por ultimo en la Escuela del desnudo de nuevo en la Academia de las bellas artes de Brera.
La investigación meticulosa y dominio creciente de la técnica de la pintura lo llevó durante los primeros años de su actividad a establecerse en el mundo del arte ilustrativo, donde colaboró con varias editoriales como Mondadori, Rizzoli, Murcia, Aristea, SEI , Pearson, Sonzogno. A mediados de los años 60, expone sus obras en Milán, Parma, Salsomaggiore, Brescia, Verona, Turín, Padua, Taranto, Roma, Bari, Forli, Lecco, Pavía, y más, donde sus obras son recibidas con entusiasmo por parte la crítica y por el público. También realizo numerosas exposiciones individuales en el extranjero, Lyon, París, Frankfurt, Jeddah; Sus obras se encuentran también en colecciones privadas en Dinamarca, Inglaterra, Estados Unidos, Alemania, Francia, Líbano, Arabia Saudita.
Cassinari Vettor también es retratista, de joven retrato al Cardenal Bacci de Roma y poco a poco otras celebridades como príncipe Saad Bin Abdullah de Arabia Saudita y su familia. Está presente en las principales publicaciones de arte en Italia tales como el Dizionario Comanducci, Catalogo Bolaffi, Il Quadrato, Catalogo Monteverdi, y ademas en el Catalogo Bolaffi Grafica.
En los últimos años, adquirió una gran destreza y madurez, aparte de un amplio conocimiento de la pintura antigua(clásica), lo que le permitió dedicarse a una reactivación de obras clásicas. Trabajó a través de su propia sensibilidad hecha de contrastes vigorosos, signos volitivas, juegos persuasivos de luz y sombra . Por encima de todo, una cromática siempre armoniosa y absoluta, casi espontánea, la perfección del diseño revela cómo el amor incondicional de la pintura ha sido y es el valor dominante de toda su existencia.